Crema de calabaza con jengibre

Crema de calabaza con jengibre

Crema de calabaza con jengibre

Crema de calabaza con jengibre fresco. Una opción perfecta para disfrutar de una cena reconfortante en una noche fría. Esta deliciosa crema combina la suavidad y dulzura de la calabaza con el sutil picante y aroma del jengibre, creando una combinación de sabores que cautiva el paladar. La calabaza, rica en nutrientes y antioxidantes, aporta un sabor cremoso y reconfortante, mientras que el jengibre le da un toque vibrante y refrescante.
Tiempo de preparación 15 minutos
Tiempo de cocción 30 minutos
Tiempo total 45 minutos
Plato Platos principales, Sopas y guisos
Cocina Cocina internacional
Raciones 4
Calorías 309 kcal
COSTE DE LA RECETA 8€

Utensilios

  • 1 Olla grande
  • 1 Licuadora o batidora de mano
  • 1 Cuchillo
  • 1 Tabla para cortar

Ingredientes
  

Ingredientes principales

  • 1 kg Calabaza cortada en cubos
  • 1 unidad Cebolla picada
  • 2 dientes Ajo picado
  • 1 trozo Jengibre fresco 2-3cm pelado y picado
  • 3 tazas Caldo de verduras
  • 1 taza Crema de leche Se puede usar nata en lugar de crema de leche.
  • 2 cucharadas Aceite de oliva
  • 1 cucharadita Sal

Para servir

  • 1 pizca Cebollino picado
  • 1 chorrito Crema de leche Opcional
  • Pimienta negra recién molida

Elaboración paso a paso
 

  • Calentar el aceite de oliva en una olla grande a fuego medio.
    2 cucharadas Aceite de oliva
  • Agregar la cebolla picada y cocinar hasta que esté dorada, aproximadamente 5 minutos.
    1 unidad Cebolla
  • Agregar el ajo picado y el jengibre fresco y cocinar por otros 2 minutos.
    2 dientes Ajo, 1 trozo Jengibre fresco
  • Agregar la calabaza cortada en cubos, el caldo de verduras y agua si fuese necesario. Llevar a ebullición, reducir el fuego y dejar cocinar a fuego lento durante 20-25 minutos, o hasta que la calabaza esté suave.
    1 kg Calabaza, 3 tazas Caldo de verduras, 1 cucharadita Sal
  • Retirar la olla del fuego y dejar enfriar un poco. Usando una licuadora o batidora de mano, mezclar la crema hasta que quede suave y cremosa.
  • Volver a colocar la olla en el fuego a nivel medio-bajo y agregar la crema de leche. Dejar cocer, pero sin dejar que llegue a hervir. Agregar sal al gusto.
    1 taza Crema de leche
  • Servir la crema caliente con cebollino picado, un chorrito de crema de leche (opcional) y pimienta negra recién molida.
    1 pizca Cebollino picado, 1 chorrito Crema de leche, Pimienta negra

Notas

Información nutricional aproximada por persona
Nutriente Cantidad Unidad
Calorías 309 Kcal
Proteínas 4.4 g
Grasa 26.2 g
Carbohidratos 18.5 g
Fibra 3.2 g
Colesterol 69 mg
Keyword Calabaza, Cremosa, Fácil, invierno, Jengibre, Otoño, Reconfortante, Saludable, Sopa

Un Viaje Culinario: Orígenes de la Crema de Calabaza con Jengibre

La crema de calabaza con jengibre es mucho más que un plato reconfortante; es un testimonio de la riqueza culinaria y los intercambios culturales que han definido la historia de la gastronomía. Sus orígenes se remontan a diversas partes del mundo, cada una aportando su propia tradición y sabiduría culinaria.

En América Central y del Norte, la calabaza ha sido un alimento básico durante siglos. Cultivada por las antiguas civilizaciones indígenas, la calabaza era un elemento fundamental en su dieta, tanto por su versatilidad como por su valor nutricional. Los nativos americanos utilizaban la calabaza en una variedad de platos, desde guisos hasta pasteles, aprovechando su sabor dulce y su textura cremosa. La crema de calabaza, con su perfil de sabor suave y reconfortante, puede considerarse como una evolución moderna de estas tradiciones culinarias ancestrales.

Por otro lado, el jengibre ha sido un ingrediente indispensable en las cocinas asiáticas durante milenios. Originario de Asia, el jengibre se ha utilizado tanto con fines culinarios como medicinales en culturas como la india, la china y la tailandesa. Su distintivo sabor picante y aroma aromático añade profundidad y calidez a los platos, y su combinación con la calabaza en la crema puede haber sido influenciada por estas prácticas culinarias asiáticas.

En la era moderna, la globalización ha permitido que las fronteras culinarias se difuminen, y los chefs y cocineros caseros han abrazado esta diversidad culinaria. La crema de calabaza con jengibre es un ejemplo perfecto de esta fusión de sabores y culturas. Al combinar la dulzura de la calabaza con el picante del jengibre, esta sopa reconfortante captura la esencia de un mundo cada vez más interconectado, donde las fronteras culinarias son solo puntos de partida para nuevas y emocionantes creaciones gastronómicas.



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