Bizcocho Casero
Utensilios
- Molde para bizcochos
- Bol grande para mezclar
- Batidora eléctrica o manual
- Espátula
- Papel para hornear (opcional)
Ingredientes
- 200 g Mantequilla a temperatura ambiente
- 200 g Azúcar
- 4 Huevos
- 1 cucharadita Extracto de vainilla
- 200 g Harina de trigo
- 1 cucharadita Levadura en polvo
- 1 pizca Sal
- Ralladura de limón o naranja Opcional
Elaboración paso a paso
- Precalienta tu horno a 180°C y engrasa ligeramente un molde para bizcochos.
- En un bol grande, bate la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
- Agrega los huevos de uno en uno, batiendo bien después de cada adición. Añade el extracto de vainilla y la ralladura de limón o naranja si lo estás usando, y mezcla bien.
- En otro bol, tamiza la harina, la levadura en polvo y la sal.
- Incorpora gradualmente la mezcla de harina a la masa húmeda, mezclando con movimientos suaves y envolventes hasta que esté bien combinado.
- Vierte la masa en el molde preparado y alísala con una espátula.
- Hornea en el horno precalentado durante 30-40 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
- Una vez horneado, deja enfriar el bizcocho en el molde durante unos minutos antes de transferirlo a una rejilla para que se enfríe completamente.
- Una vez frío, corta en porciones y sirve.
Notas
Información nutricional aproximada por porción | ||
Nutriente | Cantidad | Unidad |
---|---|---|
Calorías | 320 | Kcal |
Proteínas | 5 | g |
Grasa | 18 | g |
Carbohidratos | 35 | g |
Azúcares | 20 | g |
Fibra | 1 | g |
Colesterol | 130 | mg |
Orígenes del Bizcocho Casero: Un Viaje a Través de la Historia de la Repostería Europea
El bizcocho casero tiene sus raíces en la antigua Roma, donde se preparaban pasteles similares en textura y sabor a los bizcochos modernos. Sin embargo, la versión que conocemos hoy en día se originó en Europa durante la Edad Media, especialmente en Francia y España. Durante ese período, se desarrollaron las primeras recetas de bizcochos con ingredientes básicos como harina, huevos y azúcar. A lo largo del Renacimiento, la popularidad del bizcocho creció aún más, y las recetas comenzaron a incluir ingredientes adicionales como mantequilla, levadura y especias, lo que resultaba en una textura más esponjosa y un sabor más rico.
En España, por ejemplo, el bizcocho casero se volvió especialmente popular durante el siglo XIX, cuando se añadieron ingredientes como la ralladura de limón o naranja para darle un toque de sabor adicional. Hoy en día, el bizcocho casero sigue siendo una delicia apreciada en todo el mundo, con innumerables variaciones de recetas que reflejan la diversidad de culturas y tradiciones culinarias.