Tritura las galletas y mézclalas con la margarina derretida. Forra la base de un molde desmontable para tarta con esta mezcla y presiona firmemente. Reserva en el frigorífico.

En una cacerola, calienta la leche con la nata, el azúcar y las peladuras de limón o naranja a fuego medio. Cuando esté caliente, retira una taza de leche y disuelve en ella los sobres de cuajada y flanin de natillas.

Añade la mezcla de cuajada y flanin de natillas a la leche y nata caliente. Remueve constantemente hasta que espese.

Divide la mezcla en tres partes iguales. En cada parte, añade una tableta de chocolate (blanco, con leche y negro) y mezcla hasta que se derrita completamente.

Vierte la capa de chocolate blanco sobre la base de galletas en el molde. Lleva al frigorífico hasta que cuaje.

Repite el proceso con la capa de chocolate con leche y luego con la capa de chocolate negro. Entre capa y capa, deja enfriar en el frigorífico.

Deja reposar la tarta en el frigorífico durante al menos 4 horas o, idealmente, toda la noche.

Decora la tarta con chocolate rallado, nata montada y frutas frescas antes de servir.